Siempre tienes tu precio, de vez en cuándo una paga dulce y en otras tremendamente amarga, si el mundo logrará entender la valentía que implica hacerte frente, quizá la valorará...
Que fácil sería escupir mentiras por doquier, lo siento vida, entender a estos terrícolas me causa duda, tener que negociar lo bueno para que lo malo no te devoré...
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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