Debe existir un inicio, todo tiene un punto de partida, a veces resulta demasiado sencillo darse cuenta, pero cuando esto no es así, claro que se vuelve un problema, hay que procurar mantener la calma, la cordura y la sencillez en estos casos, no todas las preguntas son respondidas a tiempo, incluso hay interrogantes que nunca dejaran de serlo, lo importante es avanzar, ser feliz, valorar el hoy y sobre todo las bendiciones que tenemos, siempre, siempre en mi recorrerá esa pregunta del billón, ¿por qué la maldad?
Como si vivieramos toda la vida, como si fuéramos a quedarnos en un mismo sitio para siempre, como si el tiempo podría regresar, como si el arrepentimiento y el miedo no fueran sombras que se ven, se sienten pero no se pueden tocar, como si el mañana estuviera seguro, como si en el ayer podríamos encontrar la forma de cambiar las cosas, las oportunidades son un regalo tan bonito de la vida, pero que solo la valentía las puede tomar, de que sirve comprar todos los boletos si al final uno decide que es mejor no abordar, y no precisamente por un bien mayor. A veces lo que perdemos es tan evidente, que es imposible no darnos cuenta de lo perdido, pero qué tal si en otras ocasiones perdemos más, y no lo sabemos, ya que hay caminos que no se conectaron jamás...
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