La diversidad humana y sus múltiples experiencias nos permite nutrirnos de cosas que posiblemente no podríamos vivir, por lo tanto, todas las personas tienen algo que enseñarnos, y para aprenderlo, hay un camino llamado escucha, en el cual el juzgamiento debe quedar apartado, y si bien aquello es en ocasión complicado de no hacer, la humildad y predisposición de que siempre hay algo que aprender del otro, quita de nosotros el peso de poseer la verdad absoluta. Escuchar con la mente abierta, permitirnos asombrarnos y tener curiosidad genuina, aporta a mantener atención y presencia en el aquí y ahora.
El gusto por caminar y aprender...