Hay una gran coincidencia cuando uno se detiene a pensar, y es que la mirada casi siempre se coloca hacia arriba, y queda un tanto extraviada en el cielo, y en otras ocasiones en el techo, que fácil se vuelve estar en el ahora cuando sientes el abrigo de tu respiración, la compañía de un libro y una emblemática canción, mientras los ojos contemplan el espacio blanco.
El gusto por caminar y aprender...