Siempre tienes tu precio, de vez en cuándo una paga dulce y en otras tremendamente amarga, si el mundo logrará entender la valentía que implica hacerte frente, quizá la valorará...
Que fácil sería escupir mentiras por doquier, lo siento vida, entender a estos terrícolas me causa duda, tener que negociar lo bueno para que lo malo no te devoré...
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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