Siempre tienes tu precio, de vez en cuándo una paga dulce y en otras tremendamente amarga, si el mundo logrará entender la valentía que implica hacerte frente, quizá la valorará...
Que fácil sería escupir mentiras por doquier, lo siento vida, entender a estos terrícolas me causa duda, tener que negociar lo bueno para que lo malo no te devoré...
Una sensación agridulce de agradecimiento, por un lado quisiera expresarlo a todo pulmón, y por el otro, solo hay cabida para el rencor y enojo; me imagino, cuáles hubieran sido mis circunstancias actuales sin esa mano tendida y sin esas palabras alentadoras… Y luego llegan pensamientos que hacen resonancia a un popular refrán, lo que hacemos con las manos, a veces lo vamos borrando con el codo.
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