No lo vamos a negar, desde la comodidad de un escritorio, todo es solucionable, nada es imposible, e incluso la lucha más lejana se acorta con un click, nos volvemos conformistas, y dejamos de soñar, con un mundo más humano.
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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