Han pasado 25 días desde que el calendario le ha sumando un año más a mi existir, también tengo que decir que van 16 días de un nuevo tiempo, de un nuevo ciclo Gregoriano, y lo específico así, no por confrontarlo con la medición del tiempo Andino, lo hago exclusivamente porqué me gusta recordar la diversidad de formas que tiene la vida de recordamos su sentido; valorar y agradecer cada segundo que podemos dar un respiro y un palpitar.
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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