Temo un poco, ya sabes, dicen que estas cosas no suelen durar toda la vida, dicen que solo hay que vivirlas y compartir; ver brillas esos ojitos cuando el sol busca el ángulo perfecto para iluminarlos transforma la forma de mi boca en una gran sonrisa. Mirar como las horas han pasado, y como a la semana ya le quedan pocos días para vernos; luego no se que pasa, el día antes del encuentro parece que no termina de llegar, las horas se hacen lentas, y los minutos no se completan, y hasta los segundos parece que pierden la sucesión, pero yo se que nos esperamos con calma, con alegría, con amor...
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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