Cuántas veces durante el día nos ponemos a pensar en como está nuestro jardin mental, emocional y espiritual, resulta bastante sorprendente en como en ocasiones algo que tardó mucho tiempo en plantar y crecer, puede ser destruido en solo segundos, y factores para que aquello ocurra hay demasiados, desde los naturales que son imposible de predecir con exactitud, hasta aquellos que pareciera los vamos atrayendo o co-creando con nuestras acciones, me pongo a reflexionar y comprendo que hay cosas que aunque se miren bonito, aunque parezcan buenas, en circunstancias es mejor sacarlas antes de que las catástrofes las devoren.
Cuando algo nace de forma genuina, es mejor abrigarla con el alma y no arrepentirse, y si algo quiero sembrar nuevamente en mi bonito terreno es el sentimiento del deber cumplido, no me quedo con nada o bueno con casi nada, ya que siempre viene bien al menos una peque reflexiòn, para que el miedo no secuestre lo que brotó del corazón, por eso quiero mirar, escuchar, sentir, escribir, oler y saborear con atención, transparencia y humildad y así lograr diferenciar que es mejor soltar al viento, la palabra que busco equilibrar es prudencia, para que la firma motivaciòn que nace en mi no se apague por las razones incorrectas, o que ante una respuesta no esperada se lleve mis verdaderas y cálidas intenciones, pienso en el jardín que soy y quiero ser, agradezco mucho estar más consciente hoy, poder respirar y que la emoción no me arrebate de forma egoísta mis minutos de hacer las cosas en sincronía con lo que quiero, siento y pienso.
Felizmente tengo la dicha de haber crecido con unos padres que nunca han dejado de trabajar sus tierras, sus chakras, cuantas cosas no aprendi solo mirando como es la naturaleza, como es el proceso para tener cosechas, que necesitas, me hubiera gustado honrar más esa sabiduría de la cual mi familia dispone, entiendo que muchas veces también quería aprender más de otras que me interesaba, pero quite la atención de esas cositas que eran puro oro, por eso quiero que la palabra equilibrar se conjugue con el hoy.
A veces dentro de los jardines, existen flores que no logran florecer, y eso es natural, por eso si alguna acciòn no da resultado, o se aleja de la expectativa, respira y acepta, para no aferrarse a cosas que aunque quisiéramos distintas, no podemos cambiar, por eso, hay que hacerlo todo bien, si hay disciplina nos ayuda a que nuestras plantas y flores se alimenten bien, tomen suficiente sol, tengan agua, un buen abono, libre de las "malas hierbas", se podrá hablar de un buen crecimiento, pequeñas y pequeñas acciones, dìa a día, no dejemos que contaminen nuestros sembríos y tampoco contaminemos las del resto.
Tiene mucho sentido aquella frase icónica de no tener expectativas del resto, puedes si, tener fe en el mundo, pero no esperes "nada" (no con energía pesada, más bien liviana) y seguro tendrás sorpresitas bonitas rellenas de amor.
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