Acabo de saltar de la cama, justo cuando estaba apunto de dormir, ha llegado una frase a mi, la cual se ha encargado de juntar un cúmulo de ideas que hasta hoy estaban separadas, sin encontrar el orden adecuado para poder guardarlas, y es que todo parece que encaja cual pieza de rompecabezas, a partir de ahora mi texto sonará a narrativa.
Sabes pequeña - gran Saltamontes, la vida son cuatro letras, pero eso no implica que esta se resuma a ello, nadie dice tampoco, que debe complicarse demasiado su significado, en nuestra niñez quizás la vivimos tanto, que se vuelve más práctica que teórica, y a medida que el reloj va contando nuestras horas en la tierra, vamos encontrando más formas de darle sentido a nuestras vivencias, algunos con un poco más o menos de consciencia pero vamos ahí, acumulando más libertades, emociones, pensamientos, la mochila debe seguir expandiéndose para abarcar más cosas que seguimos descubriendo y cosechando, más sin embargo, es indispensable que seamos lo suficientemente atentos para ir dejando las cosas que no servirán, y de esa manera evitar pesos innecesarios, y sin duda ahi viene la pregunta del millón, como se discierne aquello, qué o quien esclare lo que es necesario y no, hagamos de cuenta que voy a acampar por primera vez, es imposible que pueda llevar lo indispensable sin la retroalimentación de alguien que hace mucho va hacer del bosque su segundo techo, pero tampoco podría fiarme enteramente de todo lo que aquella persona comparte, pues seguramente sus y mis necesidades son diferentes, entonces nuevamente viene una segundo parámetro, hasta donde si y no escuchar, y por si poco fuera, sus experiencias se amolden a tiempos que ahora son otros, entonces estamos frente a un sin número de preguntas, por lo tanto el desgaste y agotamiento es emitente...
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