Hace mucho tiempo que nadie pedía mis consejos, quizás porqué deje de sentir que podía opinar en la vida de alguien más, cuando mi vida era sólo un cúmulo de malas decisiones, bueno, está bien, es una exageración ponerlo asi, pero es que en ocasiones, la mente parece recordar cada minúscula acción que podía haber sido distinta, si tan solo, si tan si quiera, si al menos, si hubiera, si y si, el círculo vicioso de mirar al pasado, imaginando que tu presente "podría" ser otro, creo que algo que va muy mal conmigo es el arrepentimiento, eso no lo había aprendido a la mala, yo he procurado siempre escuchar la sabiduría ajena, leer libros, y pensar antes de actuar o decir algo, y con esto no quiero decir que nunca tenia errores o derrotas, pero aquello era manejable, ya que no dejaba que crezcan, ante un eventual error la corrección del mismo era inmediato o al menos yo lo miraba asi; ese placer del deber cumplido es una delicioso manjar que te permite ver las cosas tan ligeras para bien o mal, el alborozo es tan grande que no fijas los ojos en el resultado, tus sentidos solo experimentan el contento de que de ti no ha faltado nada, y esa deleitación no hay dinero en el mundo que pueda pagar, y asi, asi era mi existencia humana planetaria, llevando entre las manos el contento de las cartas bien jugadas, hasta que un día no, hasta que un día las preguntas y respuestas no encontraban a su par, pero bueno, de aquello no vamos a ahondar por ahora... el punto es que volví a opinar (los días de aconsejar quedaron atrás jajaja).
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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