Soy yo quién habla, qué hay de nuevo, espera, sólo quiero hablar, escúchame, he despegado y tengo miedo, no quiero negar que tengo miedo, pero me gusta esta sensación, construí un nuevo cielo, no se cuando, no tiene inicio ni fin, empecé a sanar, escúchame, por favor, este energía que recorreré mi cuerpo me parece magia, me gusta que sea la felicidad quien acompañe los pasos que día a día me regala la fé, soy feliz y se que te complace verme feliz.
Una sensación agridulce de agradecimiento, por un lado quisiera expresarlo a todo pulmón, y por el otro, solo hay cabida para el rencor y enojo; me imagino, cuáles hubieran sido mis circunstancias actuales sin esa mano tendida y sin esas palabras alentadoras… Y luego llegan pensamientos que hacen resonancia a un popular refrán, lo que hacemos con las manos, a veces lo vamos borrando con el codo.
Comentarios
Publicar un comentario