Soy yo quién habla, qué hay de nuevo, espera, sólo quiero hablar, escúchame, he despegado y tengo miedo, no quiero negar que tengo miedo, pero me gusta esta sensación, construí un nuevo cielo, no se cuando, no tiene inicio ni fin, empecé a sanar, escúchame, por favor, este energía que recorreré mi cuerpo me parece magia, me gusta que sea la felicidad quien acompañe los pasos que día a día me regala la fé, soy feliz y se que te complace verme feliz.
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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