Y en el momento menos pensado, mientras vas corrigiendo un poco la ortografía, regresas un instante la mirada a la ventana, y ves un colibrí, si un colibrí, está tan cerca del cristal, que arranca su vuelo velozmente, y es imposible no tener una sonrisa en ti, me gusta pensar que son esas señales del universo que siempre están, que siempre nos guían, el otro día escuche a alguien decir que, el Universo nos acompaña, y para comunicarse nos envía señales, sí, algo así como los letreros que encontramos en las carreteras…
Una sensación agridulce de agradecimiento, por un lado quisiera expresarlo a todo pulmón, y por el otro, solo hay cabida para el rencor y enojo; me imagino, cuáles hubieran sido mis circunstancias actuales sin esa mano tendida y sin esas palabras alentadoras… Y luego llegan pensamientos que hacen resonancia a un popular refrán, lo que hacemos con las manos, a veces lo vamos borrando con el codo.
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