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Lezione

Cuando al fin creia que habia logrado tener un descanso sin culpa, de aquellos que luego de comer delicioso solo te apetece leer, tirarte a la cama, sacar de su empaque a tu nuevo libro, y si de *casualidad* llega un sueñin, sueñin, sin dudar, a tomar la siesta.

El día empezó bastante bien, quizás un poco en cámara lenta, pero muy bien direccionado, hace tanto tiempo que luego de hacer journaling no había sentido esa descarga, ligereza, y paz; continuaba con mi rutina, aunque hoy hice algo que habitualmente no hago, logró elevar mucho mi energía, mi vibración, trabaje con mis números, y un par de cositas más.

Todo estaba en relativo orden, hasta después del almuerzo, cuando abrí los ojos y vi tan hermoso cielo azul, mi mente no pudo más que llenarse de recuerdos, de pasado, de planes, de futuro; rodaban, y rodaban, hasta que llegó ese sentimiento de que me estoy perdiendo la vida, de que afuera están las oportunidades que tanto busco, que mi vida no esta llena de vida; y luego vi algo que terminó por hacer una tarde/noche de ....., no soy capaz de escribir ni decir esa palabra, pues ya que todo está vivo y tiene energía no es bonito darles adjetivos tan pesados y hostiles a los días que son una bendición, milagro y oportunidades; sin embargo, qué difícil es sostenerse en momentos así, sin caer en el desespero,  desolación, envidia, enojo, frustración, ingratitud, miedo, nostalgia, soledad, desesperanza, arrepentimiento; sintiendo que me lleva la corriente. 

Hoy son de esas noches que extraño con el corazón entero BCN, la libertad de abrir las alas y explorar me llenaba de vida, aun cuando los ánimos no siempre me empujaban a  ponerme de pie, la puerta de nuevas cosas siempre estaba ahí, tan cerca,  aunque en ocasiones terminaba llorando en el tren, con mis audifonos puestos, pidiéndole a Dios/Universo que me permitiera soltar, perdonar y olvidar, y en todos los lugares dejaba esa esperanza de que algún día, diría, al fin, ya pasó. Habían muchos retos a los que me enfrentaba allá, si no era el desamor, era la sensación de no ser suficiente para el nivel laboral, académico, idiomas, amigos, mis sueños (que de paso ya no sabía que quería hacer, pues había logrado mi top).

De no tener sueños, a tener muchos, hay un impacto emocional gigante; de no saber que te gusta a re-confirmar que es lo que te gusta hay una carga energética inmensa, por eso me pesa tanto, perderme de cosas que sé que me gustan, que me prenden, me inyectan vitalidad. Despertar con tan glorioso cielo y enterarme que por no ser más organizada, procrastinar, y no invertir tiempo en lo que quiero, me perdi de un evento que en primera instancia no me hacia tanto ilusión ir, pero que una vez investigado todo, era tan perfecto, que hasta en fechas calzaban como pan a la mantequilla. No puedo ni describir la impotencia y bajón que me dio, que de hecho tengo un poco todavía, por eso he decidido escribirlo abiertamente, para recordarme que la sensación que de mi falte es algo que no disfruto y que las cosas que pasan hay que verlas en el mapa completo.












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