El pasado tiene una pasarela de recuerdos, uno y otro se presentan a cada instante, a veces llegan fortuitamente y otras veces son los estímulos los que los despiertan, el pasado es la suma del todo, es decir, no podemos pretender olvidar un fragmento selecto de cosas cuando dentro de este, están contenidas otras, hay momentos en el que negarse a mirar atrás no solo anula lo que añoramos no recordar, también oculta lo bonito de otros tiempos, donde hay tantos protagonistas, tantos yo, tantas experiencias, mirar fotos y revivir momentos también tiene la capacidad de provocar sonrisas y poner la vida en perspectiva.
Lo que tiene que terminar, va a terminar, quizás si somos lo suficientemente humildes para cuidar y hacer que aquello dure un poco más, es altamente probable que lo consigamos, y aunque este sobredicho, esto no tiene que ser un caos, ni un torbellino que devore tu alma, es decir, que algo termine no necesariamente debe vivirse como un acontecimiento que te marchite, y con esto no quiero dar un entendimiento de no sentir, de no dolor, el dolor es la parte humana, es lo que permite que exista un opuesto, un sentir cosas bonitas y mágicas por ejemplo.
La capacidad de amar no podría existir por sí misma sin su opuesto, es como la oscuridad, que jamás podría tener presencia con la luz, o la noche para ver estrellas, es decir, no podemos evitar sentir, así como tampoco que ocurra algo que “va” a suceder (mirándolo desde un nivel superior), pero esto no quiere decir que no seamos protagonistas de nuestras decisiones, los caminos para llegar a un punto son infinitos, no están determinados, no están condicionados y ese es el libre albedrío, si algo debe terminar, no está predeterminado el cómo, el dónde, el cuándo, para qué, etc. Y no estoy segura, y aunque a veces aún me cuesta, me gusta mirar las nubes del cielo y al menos de tantas preguntas tener una respuesta, el para qué, “todo pasa para un bien mayor”.
A medida que el tiempo va a pasando, las cosas que antes quería o pensaba que pude hacer diferente para estar bien en el presenta van quedando más y más atrás, es decir, me veo hoy y tengo una sonrisa genuina, escucho los latidos de mi corazó y siento paz, miro lo que me rodea y siento tanta gratitud, cuando veo hacia adelante hay ilusión, y no hablo de perfección, hablo de una mente más en calma (aunque a veces inquieta), ya el pasado pesado es borroso, e incluso si tendría la máquina del tiempo que desde niña solía imaginar ante todo gran problema (porqué así es como se sienten en ese momento), ya no se sabría en qué usarla, será que la culpa ha mermado en su totalidad y ya no pienso que todo lo que “debió ser diferente”, o es la confianza de que pese a todo siempre elegí mi mayor bien, y lo sigo haciendo y que no es egoísta, que el amor que expresas para ti, es el que expresas al mundo.
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