Por qué inconscientemente se plasma en nosotros la idea de que lo que ellos crean es más válido de lo que nosotros creamos, por qué a veces nos preocupa tanto lo que otros pensarán, lo que otros dirán, como si su verdad fuera más verdad que la nuestra, como si sus ideas fueran más ideas que las nuestras, como si tuvieran una verdad total, como si en ellos existiera la potestad absoluta de lo que está bien o está mal.
Si quieres ver más luces brillando, necesitamos que la oscuridad tenga la medida exacta, y la verdad es la llama... Qué valiente es la gente que nos permite asomarnos a su vulnerabilidad: leerlos nos sana y, mejor aún, acompaña a almas que necesitan abrigo.
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