Me enoja tener que respirar un aire contaminado por la maldad, me enoja haber tenido que coincidir contigo, me enoja el daño premeditado que lanzaste, me enoja que ni siquiera quieras darte cuenta y sigas con esa sonrisa falsa, me enoja que nadie juzgue tu alevosía tóxica, me enoja saber que ni siquiera tenías un buen motivo para hacerlo, me enoja que sabiendo cuento duele, en lugar de utilizarlo para evitarselo a otra, lo hayas usado para propiciar un ataque casi fulminante en un momento, me enoja que a pesar de ver el vaso roto, hayas vuelto a tomar los pedazos para seguir lastimando, sí, me enoja, sí, cada vez que concentró mi energía y memoria para recordar tu mirada fría, llena de absurdas ideas, creyendo que dañandome, y volcando infelicidad en mí, la vida nos haría miserables y ya no serías sólo tu, me enojó, una y otra vez, me canso de enojarme y luego el dolor, o quizá la ira hacen que libere unas cuentas lágrimas en mí mejillas, y después me enojo más, por no poder retener esa ira, porqué pareciera que no existe, me da por soltar una sonrisa al aire, mi mente me ha ganado y disfruta al hoy, se olvida de la lógica y piensa en lo lacayos que a veces sin querer somos con las presencias que se cruzan en nuestro caminar, es entonces que vuelvo a tocar mi corazón y lo siento latir y recuerdo que soy humana, que he tenido equivocaciones, errores y palabras que desearía no tenerlas en mí diario, siento el calor de mi piel y admito que la maldad tiene muchas formas, que callarse, pre-juzgar, competir y compararte para sentir mejor que la otra persona es un reflejo de lo oscuro que llevas, en mayor o menor proporción, quiénes somos para medir el tamaño de dolor por los platos que rompemos. Nuevamente la energía se vuelca, pero ahora la punta de flecha me mira a mí, ya no está en ti, ahora me señala, desprende un color amarillo, me abraza y me besa, me perdona y me deja seguir, me muestra un espejo para no olvidar que siempre se puede hacer algo por reparar, entonces, quiero reparar lo mío, quiero ser mejor que ayer, no para sentirme superior, simplemente para sentirme, me perdono a mí, o eso intento a partir de hoy, no para justificar malicia, sino para recordarme que hay que estar alerta, que incluso sin llevar un caparazón puedes estar cuidándote, que no todas las herramientas sirven para todo, que a veces dos llaves pueden ser el trabajo de toda una caja, y así mí mente me sigue llevando a otros lados, y olvidó ya porqué me en hoja. 🥳
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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