Temo un poco, ya sabes, dicen que estas cosas no suelen durar toda la vida, dicen que solo hay que vivirlas y compartir; ver brillas esos ojitos cuando el sol busca el ángulo perfecto para iluminarlos transforma la forma de mi boca en una gran sonrisa. Mirar como las horas han pasado, y como a la semana ya le quedan pocos días para vernos; luego no se que pasa, el día antes del encuentro parece que no termina de llegar, las horas se hacen lentas, y los minutos no se completan, y hasta los segundos parece que pierden la sucesión, pero yo se que nos esperamos con calma, con alegría, con amor...
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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