Renunció a competir, renunció a compararme, renunció ha ver si es mejor o no, no se trata de mi, y si hay cosas en las que mejorarme, lo voy hacer por mi, no para que alguien me elija, soy una persona amada porqué me amo, y voy a seguir el camino del autoconocimiento para mejorar, y ser esa persona que quiero en mi vida, suelto lo que no puedo controlar, no, no tengo control sobre quién o qué te guste y en esa libertad de elección, acepto si no soy yo; camino hacia adelante , con la mano en la cabeza y la otra en el corazón, amo el poder inmenso que me han dado los libros nuevamente, la sabiduría que hay en los podcasts, toda la energía que me da la nueva música, y aunque me gustaría que eso que imagino no sea, se que sí lo es nada va a pasar, el Sol brilla como lo hizo ayer, como lo hizo hoy. Acepto y tengo la paciencia de mirar cómo los puntos se unen, creo que una de las cosas que más reafirmó es el poder que tiene la paciencia, que con el tiempo va explicándote, o secundando lo que crees para bien o para mal, desesperarse no sirve de nada, solo te inquieta y en la mayoría de veces te marea, respira mi gran gigante, confía en que cualquiera que sea el panorama vamos a estar bien, como lo estamos hoy, todo lo grande que buscas te busca, te persigue. Cuida de ti sin caer en el abismo negro del individualismo, abraza mucho, sin enredarte en las garras de la dependencia, construye la parte que te corresponde dentro de la interdependencia, si te asustas está bien, reconoce aquello y promete cuidarte, confía y créete capaz de hacerlo porqué eres esa adulta que camina de la mano con esa hermosa niña interior, Dios siento que hay tantas cosas aprendidas que me estalla la emoción de ponerlas en práctica, al mismo tiempo me invade el miedo, pero tomo solo la porción adecuada de él, para actuar con prudencia. Y sobre todo sé, que si algo está destinado a suceder, sucederá en el mundo de los encuentros la causalidad es energía. Gracias vida por sostenerme.
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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