Escucho un ligero chapuzón, gotitas de agua que revolotean contra el suelo de cemento, mientras el único sonido que me acompaña viene de afuera, me pongo a pensar y sentir en muchas cosas; tengo en mi cabeza ideas sobre las cuales quiero escribir, para dar rienda suelta a las emociones, de pronto encuentro un texto que me detiene a reflexionar sobre la complejidad humana, además de cuan generoso ha sido la Divinidad, a excepción de mi etapa de Emo, empujada más por curiosidad qué otra cosa, no tengo en mi memoria un enfrentamiento con el sufrimiento, en dónde aquel te vaya apagando, pero claro está, que ya no me siento indemne de aquella batalla, en dónde lo único que deseas es que el telón baje, y por lo mismo, siento que empatizar con esas emociones que pesan se hace profundo, me imagino lo difícil que en un momento dado es pedir ayuda o que alguien te escuche, lo desafiante que se vuelven las 24H00, siempre he pensado que el amor no debe destruir nada pero en su nombre muchas personaste faltan, pero más allá hay razones que también fulminan fueguitos, Gaby Pérez Islas dice que la gente quiere terminar con el sufrimiento y no con la vida, y al leer esto, solo espero que la salud mental también sea una prioridad en materia de políticas públicas.
<< Al día siguiente de mi suicidio, me enamoré de mi madre cuando la vi llorar en el suelo de mi habitación, abrazando mi camiseta ensangrentada con mis fotos esparcidas a su alrededor, vi tanto
¡Amor en sus ojos!
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi padre, sin importar lo duro que fuera,
en medio de tanta tristeza, me habló con los ojos llenos de lágrimas ¡lo orgulloso que estaba de mí y lo sensible que yo era con los demás!
El día después de mi suicidio, vi que Lolla (mi gatito mascota) era más increíble de lo que podía haber imaginado. Cada vez que alguien llegaba a casa, ella corría hacia la puerta esperándome y, al ver que no era yo, se acostaba frente a la puerta y seguía esperándome.
El día después de mi suicidio, me encantó
por mis hermanos cuando los vi sentados en la habitación con los ojos llenos de lágrimas, recordaron los tiempos en que jugamos en nuestra hermosa infancia ... ¡Qué buen momento!
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi mejor amiga. ¡Ella estaba mirando nuestras fotos juntas y recordando todos los momentos!
El día después de mi suicidio, sentí que era importante para mis maestros. Se culpaban tanto por no haberse dado cuenta...
Por la noche, fui a la morgue a buscar mi cuerpo. Me molestó. Me miré y dije: "Tantos sueños que tuvimos", "Tantos amores", "Tanta gente por conocer", "Tenías gente que te quería y, sin embargo, lo vomitaste todo", "Tienes que tener mucho coraje para quitarte la vida, ¿por qué no usaste ese coraje para ganar? "
Gracias al cielo, eso fue solo una visión.
¡Puedes leer esto! Todavía estás aquí y puedes cambiar tu vida para siempre.
No es tan malo como parece. ¡Hay gente que te quiere, que te quiere cerca! Dale una oportunidad más a la vida y a las personas que están a tu lado. Hay una cura para el dolor, ábrete a alguien. Has superado tantas cosas, ¡prueba una más!”
-Wender Oliveira >>.
No se aun cómo se es de esas personas que encienden la llama de otras, cual es la medida de las palabras que alivian un alma, o cuando es precisó el abrazo, imagino que necesito tener un botiquín de primeros auxilios emocionales, cuando es necesario un empujón o sentarme y solo acompañar en silencio, o si vale más la sonrisa que la empatía en llanto, leer esas palabras, me hacen querer darme más contención a mi misma porqué es la única forma en la que puedo serlo para otras, entender que todos somos como esa acertada reflexión de la naranja, cuando algo te exprime, solo saldrá de ti lo que hay en ti, y se que a la gente triste no nos gusta estarlo siempre, de vez en cuando nos visita y sabremos ser buenos anfitriones, pero si quiere mudarse y no sabemos decirle que no, entonces empezará el conflicto. Deseo que la observación nos permita rescatarnos y rescatar, quizás no siempre sea acertada pero aquí estoy, queriendo al menos poner un paraguas sobre mi y otras personas, porqué aunque cada paso lo demos en solitario en el trayecto somos muchos y podemos abrigarnos, y de la fricción también nace el fuego.
La mente es poderosa y puede en ocasiones confundirse, no le creamos todo, y si los grandes avances en medicina son el puente para apagar el incendio de tu cabeza pues también es un paso, que los mitos vayan siendo develados.
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