Cuando todo sube rápido, de alguna forma, las cosas se paralizan, es como que dejas de ser tú, ya no fluyes y las letras ya no soy tuyas, están condicionadas a las críticas, ancladas a si lograrás superar la tendencia anterior, si gustaran más o no, es un círculo de horror, y no iba a permitir bajo ninguna circunstancia que mi creatividad sea encarcelada, deje de escribir porqué no lo hacía desde la libertad, pare la constancia en público y la seguí en privado, no es posible que los mismos espacios que nos sirven para unirnos y conectarnos nos desdibujen, nos distorsionen las emociones, nos hagan sentir el peso de los demás, tratar de llenar las expectativas del resto y olvidar lo bonito, liberador y amoroso que es escribir. Ahora más serena y conectada conmigo, está historia continuará… :)
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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