Dos años atrás, un día como hoy, el vuelo había emprendido, aquel por el que tanto espere, el cual a veces se veía tan lejano y en otras simplemente parecía que nunca iba a llegar, pero me aferraba tanto que aunque en ocasiones la fe ya no alcanzaba, la exactitud del tiempo me obligaba a persistir y nuevamente la fe se volvia a encender.
Palabras más exactas para agradecer y expresar todo lo que ha sido estos tiempos sería tan simple o tan difícil como quisiera, un camino del cual pensé que no saldría viva y es que llegan momentos en que sientes que no hay más que dar, en qué creer que las cosas van a mejorar es irrealizable, ya no eres, un día estás, y al otro solo tu presencia física.
Tantas cosas que se pueden nombrar al regresar la vista atrás, pero por hoy, me quedo con el enorme agradecimiento a la vida, por permitirme experimentar este paso por la tierra, por sostenerme, por abrazarme, por quererme, cuidarme, acurrucarme, por el amor, por la familia, por la salud, por la gente bonita, por la no tan bonita, por los aciertos, por los podcast, por las personitas que me daban un empujoncito, por la que me regaló sonrisas, por las que me dieron la mano, por los que me la quitaron, por los que me contestaron, por la valentía, por la fuerza, por quienes creyeron en mi, por lo que no, por las lágrimas, por la música, por los instantes de extrema felicidad, por los encuentros, por lo nuevo, por las experiencias, por las conversaciones, por los viajes, por el verano, por el apoyo, por la ayuda, por la capacidad de comprar, por los pisos, por quien me recibió, por la paciencia, por la comida, por la ayuda académica, por las sugerencias, orientación en los estudios de aquel, por los e-books, por el sueño, por la protección, por todo y por tanto, seguro dejo cosas sin nombrar, pero con alma, corazón y vida mil y millones de gracias.
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