Por qué inconscientemente se plasma en nosotros la idea de que lo que ellos crean es más válido de lo que nosotros creamos, por qué a veces nos preocupa tanto lo que otros pensarán, lo que otros dirán, como si su verdad fuera más verdad que la nuestra, como si sus ideas fueran más ideas que las nuestras, como si tuvieran una verdad total, como si en ellos existiera la potestad absoluta de lo que está bien o está mal.
Como si vivieramos toda la vida, como si fuéramos a quedarnos en un mismo sitio para siempre, como si el tiempo podría regresar, como si el arrepentimiento y el miedo no fueran sombras que se ven, se sienten pero no se pueden tocar, como si el mañana estuviera seguro, como si en el ayer podríamos encontrar la forma de cambiar las cosas, las oportunidades son un regalo tan bonito de la vida, pero que solo la valentía las puede tomar, de que sirve comprar todos los boletos si al final uno decide que es mejor no abordar, y no precisamente por un bien mayor. A veces lo que perdemos es tan evidente, que es imposible no darnos cuenta de lo perdido, pero qué tal si en otras ocasiones perdemos más, y no lo sabemos, ya que hay caminos que no se conectaron jamás...
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