Hoy, tuve un sueño algo extraño, vi a alguien y sentí que ha dejado de quererme, y aunque el ego quiso liderar la situación emocional, lo hizo la lógica y el bien común, porque hace tiempo también dejé de extrañar y anhelar su vida en la mía.
Me pareció más que justo; al menos al final logramos volver a coincidir en algo.
En momento pasados muchas cosas quedaban por “cobrar”, reclamar, liberar, pero son de esas “deudas” a las que tienes que aprender, y aprendí a renunciar. Porqué todo es una elección, y no se puede tener todo a la vez, y no porqué nos opongamos a la abundancia; sino todo lo contrario.
Hay cosas que son incompatibles: No se puede querer paz mientras se guardan y engordan rencores, querer vivir en el aquí y ahora, y quedarte atascada en el ayer, en el pasado.
Y siempre me gusta poner un punto de orden, para que eso no sea un invitación a dejar de pedir y exigir justicia cuando se deba, hay líneas muy delgadas pero no invisibles.
Al final es muy loco cómo los sentimientos del corazón evolucionan y se transforman.
No se si el corazón se olvida que amo, quien sí lo archiva es la mente.
No se quien sufrió más en medio del torbellino del desamor, el corazón o la mente, pero lo que es claro, es que ambos pueden y vuelen a estar en paz, sincronía y armonía.
Hoy vuelvo a dar gracias al Gran Yo, que sabía que ahí, ya no cabía.
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