¿Entonces de quién es la culpa?, de aquel ser humano que por sus limitaciones inherentes no logra controlar a los habitantes de su ciudad, para que no arrojen basura, o de los(as) inescrupulosos(as), que no se detienen ni siquiera un segundo a pensar, en la posibilidad guardar y conservar su basura para después colocarla en el lugar que corresponde, lo mismo pasa a nivel de redes sociales, hay que respetar los espacios.
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
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