Los verdaderos diamantes se esconden entre las mejores imitaciones, no hay mejor lugar para esconderlos que entre falsas joyas; solo quién las fabrica es capaz de distinguirlas entre sí, así también ocurre con los gestos, solo aquélla persona que los muestra conoce cuán sincera es cada acción. Por eso el sabor de amargura, no siempre es igual, para toda ingratitud...
Como si vivieramos toda la vida, como si fuéramos a quedarnos en un mismo sitio para siempre, como si el tiempo podría regresar, como si el arrepentimiento y el miedo no fueran sombras que se ven, se sienten pero no se pueden tocar, como si el mañana estuviera seguro, como si en el ayer podríamos encontrar la forma de cambiar las cosas, las oportunidades son un regalo tan bonito de la vida, pero que solo la valentía las puede tomar, de que sirve comprar todos los boletos si al final uno decide que es mejor no abordar, y no precisamente por un bien mayor. A veces lo que perdemos es tan evidente, que es imposible no darnos cuenta de lo perdido, pero qué tal si en otras ocasiones perdemos más, y no lo sabemos, ya que hay caminos que no se conectaron jamás...
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