No se que pasa cuando escucho a Riccardo Perotti, me transporta a todos los tiempos, pasado, presente y futuro, es una conexión con el yo que fui, que soy y que quiero ser, su música crea el puente entre la nostalgia y la esperanza, hace que la oscuridad no sea esa cueva de terror, es una invitación a abrir las manos y agradecer, cuantas veces no llore de alegría y tristeza con sus melodías, tiene una medida justa entre la ilusión de joven y la sabiduría de los años, aunque eso último apenas y lo voy comprendiendo en profundidad.
Como si vivieramos toda la vida, como si fuéramos a quedarnos en un mismo sitio para siempre, como si el tiempo podría regresar, como si el arrepentimiento y el miedo no fueran sombras que se ven, se sienten pero no se pueden tocar, como si el mañana estuviera seguro, como si en el ayer podríamos encontrar la forma de cambiar las cosas, las oportunidades son un regalo tan bonito de la vida, pero que solo la valentía las puede tomar, de que sirve comprar todos los boletos si al final uno decide que es mejor no abordar, y no precisamente por un bien mayor. A veces lo que perdemos es tan evidente, que es imposible no darnos cuenta de lo perdido, pero qué tal si en otras ocasiones perdemos más, y no lo sabemos, ya que hay caminos que no se conectaron jamás...
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