Me hablo, me hizo una pregunta y yo jamas he sido de repuestas cortas, pero en estos días quiero escuchar, asombrarme con las palabras, explorar lo desconocido en los y las otras, se me ocurrió devolverle la pregunta, de dónde había surgido aquella duda, entonces algo de incredulidad se posó en el ambiente, la duda era evidente, yo solo aguardaba como libro abierto su respuesta, me hablo de cosas algo superficiales, pero no quería que se mal entienda mi opinión respecto a su pensar, no era crítica, ni mucho menos juzgamiento, quizás sólo un punto en el cual yo era novata, pero estaba decida a nuevas ideas, y con una sincera curiosidad y bastante desconcierto, volví a preguntar, para qué, entonces una desconocida puerta se abrió, llegamos a un punto común, la felicidad, entonces si conecte con todas y todos los yo, parecía que el canal que libera al agua se abrió, para que fluya y siga su curso, compartió conmigo su nostalgia y yo algunas culpas, luego liberamos la esperanza que llevamos dentro, y fue especial sobre todo porqué el tiempo era corto y hacía aún más valioso cada segundo, me dejo un par de lecturas que hasta ahora termino de incorporar, y solo espero que las mías como dijo sean semillas; aún sin acordar el anonimato fue aceptado con serenidad, y creo que si entre cruces fugaces volvemos a coincidir, quizás alguien se atreva a preguntar un nombre, pero mientras tanto que la energía siga abrigando, como lo han hecho estas semanas, y lo agradezco.
Como si vivieramos toda la vida, como si fuéramos a quedarnos en un mismo sitio para siempre, como si el tiempo podría regresar, como si el arrepentimiento y el miedo no fueran sombras que se ven, se sienten pero no se pueden tocar, como si el mañana estuviera seguro, como si en el ayer podríamos encontrar la forma de cambiar las cosas, las oportunidades son un regalo tan bonito de la vida, pero que solo la valentía las puede tomar, de que sirve comprar todos los boletos si al final uno decide que es mejor no abordar, y no precisamente por un bien mayor. A veces lo que perdemos es tan evidente, que es imposible no darnos cuenta de lo perdido, pero qué tal si en otras ocasiones perdemos más, y no lo sabemos, ya que hay caminos que no se conectaron jamás...
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