Soy yo quién habla, qué hay de nuevo, espera, sólo quiero hablar, escúchame, he despegado y tengo miedo, no quiero negar que tengo miedo, pero me gusta esta sensación, construí un nuevo cielo, no se cuando, no tiene inicio ni fin, empecé a sanar, escúchame, por favor, este energía que recorreré mi cuerpo me parece magia, me gusta que sea la felicidad quien acompañe los pasos que día a día me regala la fé, soy feliz y se que te complace verme feliz.
Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.
Comentarios
Publicar un comentario