Ir al contenido principal

Mi nombre

  Si alguien pregunta, si desde siempre me gusto mi nombre, la respuesta inmediata y sincera es: por supuesto que no, imagina tener menos de diez años e ir a la escuela, donde nos juntamos niños y niñas de todo tipo de contextos, claramente lo último que te dicen es: Que bonito nombre, que significa. No tengo mayor recuerdo de como recurrí al plan B, mi segundo nombre, el cual también tengo que confesar no me daba ilusión, pero imagino que seguramente la maestra no pudo leer mi nombre y como hasta hoy sucede, dijo María, y yo al ver que nadie se rio o hizo gestos, terminaba de descubrir el antídoto para pasar desapercibida.

Pero espera no me malinterpretes, estaba muy agusto con mi nombre aunque aún no lo sabía, en esa edad tienes muchos problemas y no necesariamente tu nombre debería ser uno de ellos, en fin, no fue hasta que mis padres tomaron la decisión más importante y acertada para mi vida, que me di cuenta que efectivamente ese nombre fue creado y elegido para mi. 

Y por si te preguntas cómo fue ese cambio tan repentino, ya que aún seguía siendo una niña como para reflexionar de identidad, Cosmovisión y sentido de pertenencia, nuevamente la respuesta cruda es por obligación y no elección, os explico, cuando llegue a mi nueva escuela ya todos me conocían (al menos de nombre) era una escuela muy pequeña y acogedora, apenas 10 alumnos y decir que ya éramos un aula numerosa, entonces mientras yo en mi cabeza como comúnmente suele suceder, repasaba lo que iba a decir, la forma de presentarme, pues ya sabes la primera impresión es la que cuenta, mi maestra solo dijo, bueno vamos a conocer a Achic y ya, sentenciada no podía cambiar, mi repaso se esfumó en segundos y por supuesto siempre quedaba el plan C, decir que prefiero que me llamen María pero por todos los Santos, Dios sabía que eso no podía estar más lejos de la verdad, por lo tanto desde ese día me volví a bautizar felizmente como, Achic. Y claro, aún sigo teniendo las mismas preguntas de rutina (de dónde es ese nombre, nunca lo he escuchado, en que idioma está, etcétera, etcétera) pero afortunadamente sólo tiene 5 letras que deletrear. 












Comentarios

Entradas populares de este blog

Dos cosas

Hay momentos de decisiones inmediatas, ya que antes de que puedas siquiera contextualizar requieren respuesta, y por eso siempre valdrá la pena creer que tenemos la capacidad de responder para nuestro mayor bien. Cuando la desilusión te golpea, es difícil volver a ilusionarse sin que el miedo tenga presencia, ya que de por si la incertidumbre da miedo. Alguna vez leí que es mejor equivocarse y arriesgarse con la persona incorrecta, que no intentarlo y dejar ir a la persona correcta, así que, con todo, sino, para qué.

Enojarse con Dios para conectarte con Él

Es súper interesante cómo cada persona va encontrando en la música distintas formas de interpretarla y reflejar en ella sus vivencias. Cuando leí que esta letra se la dedicó alguien a Dios, me sorprendió mucho, ya que definitivamente fue una vivencia propia ese alejamiento. Me sonaba raro cuando la gente decía que se enojó con Dios; yo decía: ¿cómo te molestas con Dios? Tiempo más tarde me di cuenta de que en cierto momento tuve ira con Él, porque sus formas de operar no seguían una lógica. Tener una desconexión con todo hace que no creas en nada, y esa sensación de pérdida es fuerte. Recuerdo cómo fue el momento en el que yo decidí conscientemente volver a creer en Dios, en algo más grande, y, a partir de ahí, fue como regresar al “camino de la serpiente” para salir. Ya no estaba sola y el camino hacia lo espiritual también se abría, ya que el egocentrismo te puede hacer tomar vueltas equivocadas, y cegarse en él es un laberinto mental. Por eso entiendo cuando muchas persona...

There will be an answer, let it be!

Solía pensar que cuando termine de liberarme de aquellas cosas que quebraron mi corazón, ya no volvería a sentir esta sensación de extravío, que estos instantes donde el camino no se distingue y los ojos se llenan de agua, serían lejanos. Nadie nada tanto para al final regresar a donde empezó, por miedo a no enfrentar lo que siente; supongo que a veces fue más cómodo pensar que cuando llegaba está sensación, los desamores o desilusiones eran los motivos. No sé cuándo ni cómo, pero de alguna forma la sensación de pérdida se instaló en su lugar.  Hoy me veo cara a cara y siento que a pesar de valorar grandemente este milagro que es la vida, falta convicción para accionar en armonía con lo que quiero, porque somos un agente, algo así como un agricultor/a. En la agricultura, alguien hace el surco, pone el abono, toma las semillas y las coloca en la tierra para que sean cubiertas, y casi siempre el agua está a cargo del cielo, salvo excepciones donde el regadío lo hace alguien. Luego co...