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Carta abierta a Dios (1)

Querido Dios,

Sabes, a veces cuando trato de hablarle a las personas de lo que significas para mí, tengo el miedo clasico de ser etiquetada como “religiosa”, el cual no creo que sea malo ni bueno, solo que actualmente con tanta manipulación y extorsión en tu nombre, se vuelve difícil, buscar un espacio libre de juicios para hablar desde una reflexión individual y propia de qué es Dios, y es que estoy consciente de que si algo nos ha alejado de ti, son aquellos "caminos" que con la promesa de acércanos, le ponen un precio a nuestra Fe.

Jamás había encontrado un libro que exprese lo que creo que siento con respeto a mis creencias sobre una fuerza superior e infinita, leer Conversaciones con Dios, me dio paz, reforzar ese concepto de un Dios que quiere nuestro bien como el suyo propio, que no necesita que vivamos temiéndole, pues que clase de relación sana podría existir contigo, si para respetarte lo haríamos desde el miedo.

Ver a Dios desde un “concepto” amplio, que tiene inmersa a la Cosmovisión Andina también, que no se rige a órdenes y castigos, que no demanda de nosotros la renuncia a nuestra integridad y libre albedrío, ya que nos invita a sentirnos tan dignos, merecedores y supremos como el, que nos habla de la polaridad desde un mundo de posibilidades,  y algo que sin duda exploto mi mente, fue asimilarme como parte de la obra perfecta, y es que es imposible no admirar las maravillas que nos rodean, lo increíble que es el cuerpo físico en su funcionamiento, solo mirar el azul del cielo, o estrellas brillando en las noches, es un éxtasis total, y todo aquello es materia en evolución, asumir esta experiencia humana como parte de algo más grande, como parte del todo.

Está claro que aún faltan muchas cosas por reflexionar, pero el motivo de escribirte hoy es…

A veces, como esta mañana de lunes por ejemplo,  me cuesta mantenerme en gratitud, y es que no quiero dejar de ser consciente de todas las cosas por las cuales quiero agradecer, y no desde el temor de que un día falten, pero en realidad dar todo por sentado en momentos nos hace vivir un automático, puedo ver, escuchar, pensar, hablar, sentir, tocar, tengo una gran Ayllu y más, cómo podría cuestionar la existencia de abundancia en la vida; sin embargo, llegan momentos en que las cosas parecen no estar donde quieres, o que tus sueños se hacen borrosos, tus ideas no pasan de eso, ideas, cuando cuestionas tu relación con el dinero desde una energía no liviana, y las noticias que reflejan situaciones emergentes pero desde una narrativa que parece una coartada para una doctrina del shock.

Sé que mantenerse en gratitud no implica reprimir emociones negativas, pero en ocasiones me canso, y veo desesperanza, miro solo la montaña cuesta arriba, y renunció, viene la avalancha de las "malas decisiones" (tema para otro blog), y vuelvo a renunciar... 

Pero no me hace sentido que esto sea la vida, confio y camino. ¡Gracias Dios!

2023/03/27





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